La dieta mediterránea es conocida como una de las más saludables y variadas del mundo. Una de las razones de su éxito se encuentra en la variedad de alimentos que la conforman. Y entre ellos, hay un alimento que destaca por encima del resto: el queso de oveja.
El queso de oveja cuenta con una larga historia en la dieta mediterránea. Ya en la antigüedad, griegos y romanos consumían este producto lácteo en grandes cantidades. En Grecia, el queso de oveja era conocido como "feta" y se utilizaba en numerosas recetas de su cocina tradicional. En Roma, el queso de oveja era muy valorado por su sabor intenso y su alto valor nutritivo.
El queso de oveja es uno de los alimentos más completos en términos de valor nutricional. Es rico en proteínas de alto valor biológico, grasas saludables y vitaminas y minerales esenciales para nuestra salud. Además, es una fuente importante de calcio y fósforo, minerales imprescindibles para el mantenimiento de nuestros huesos y dientes.
La elaboración del queso de oveja es un proceso artesanal que requiere de conocimientos y habilidades específicas para su correcta elaboración. En primer lugar, se deben ordeñar las ovejas para obtener la leche. Una vez obtenida la leche, se calienta a una temperatura determinada para favorecer la coagulación de la misma.
Posteriormente, se separa el suero y se introduce la masa resultante en moldes específicos para darle la forma deseada. Tras un proceso de curación que puede durar varias semanas o meses, el queso está listo para ser consumido.
Existen diferentes tipos de queso de oveja en función del tipo de leche utilizada, de la zona de elaboración y del tiempo de curación. Algunos de los tipos más populares son:
El queso de oveja es un alimento muy completo y saludable, pero debe ser consumido con moderación. La cantidad ideal oscila entre 30 y 60 gramos al día. Además, es importante elegir quesos de oveja de calidad, elaborados de forma artesanal y con leche procedente de animales criados en condiciones adecuadas.
El queso de oveja es uno de los alimentos más saludables y completos que podemos incorporar en nuestra dieta mediterránea. Rico en proteínas, grasas saludables y vitaminas y minerales esenciales, su consumo regular nos ayuda a mantener una buena salud general y prevenir enfermedades cardiovasculares y digestivas.